Nelsón Sánchez, de la coordinación de la Unidad COVID-19 del Hospital Perrando, resaltó que «es medicina de primer nivel la que se ha volcado a la pastilla 6». En relación al uso del dióxido de cloro como tratamiento contra la COVID – 19, dijo que «no es recomendable seguir recomendaciones sin sustento científico».
La Unidad COVID-19 de la pastilla 6 del Hospital Julio C. Perrando se encuentra entre los diez centros hospitalarios de la Argentina donde se lleva a cabo el ensayo clínico Solidaridad promocionado a nivel internacional por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para encontrar un tratamiento eficaz en pacientes COVID-19 positivos. Nelson Sánchez, uno de los coordinadores de dicha Unidad y médico especialista en terapia intensiva, resaltó que la labor que vienen realizando “es medicina basada en evidencia científica y en el seguimiento de cada una de las sociedades científicas que nos rigen”.
Antes de referirse a los tratamientos llevados a cabo en la Unidad COVID-19 del Perrando, recalcó que “esta es una pandemia nueva que impactó en todo el mundo y todo el mundo buscó desde el primer momento un tratamiento estándar, definitivo, concluyente y categórico que modifique la evolución de la enfermedad, lo que hasta el día de hoy no se ha conseguido en ningún lugar, solo tenemos que ir a mirar la información pública a nivel mundial para corroborarlo”.
Tratamientos realizados en la Unidad COVID-19
El servicio de la pastilla 6 de la Unidad COVID-19 y todas las áreas del hospital Perrando, como del hospital Modular, “se han adaptado a los tratamientos guiados por la Sociedad Argentina de Infectología, por la Sociedad Argentina de Terapia Intensiva y a partir de ahí han volcado toda la línea del tratamiento”, expresó. “Todos los tratamientos que han sido establecidos están avalados por la ANMAT (Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica), por el Ministerio de Salud de la Nación y por las sociedades científicas que nos rigen a nosotros”, remarcó.
Los hospitales argentinos que forman parte del ensayo clínico Solidaridad son el Perrando (Chaco), Italiano, Ramos Mejía y Muñiz (Capital Federal), Posadas, Mariano y Luciano de la Vega, y Houssay (Buenos Aires), Cuyén y Centenario (Santa Fe), y Rawson (Córdoba).
Solidaridad contempla las drogas remdesivir e interferon beta, aunque podrán incluirse más medicamentos en función de los datos que vayan apareciendo sobre ellos. Se trata de un ensayo que tiene por objeto descubrir con rapidez si alguno de los medicamentos estudiados retrasa la progresión de la enfermedad o mejora la tasa de supervivencia.
Sánchez relató que “actualmente se está llevando a cabo el protocolo de Solidaridad con medicación volcada por el Ministerio de Salud de la Nación, como el remdesivir, una de las drogas que más horizonte promisorio abre dentro del sistema de salud, y nosotros somos uno de los diez hospitales que lo estamos llevando a cabo en la Argentina, con lo cual estamos llevando a cabo medicina basada en la evidencia científica y en todo el seguimiento de cada una de las sociedades científicas”.
“Al igual que el protocolo que utiliza la dexametasona, Recovery, son todos protocolos científicos totalmente validados los que se pueden aplicar, y, obviamente, las medidas de ventilación mecánica como corresponde en terapia intensiva y ante la gravedad de estos pacientes”, se explayó.
Acerca del recorrido realizado por los profesionales de la Unidad COVID-19 en lo que va de la pandemia, recordó que “en cuidados críticos se han producido modificaciones porque en primera instancia las únicas drogas validadas por ANMAT y por el Ministerio de Salud eran la hidroxicloroquina, los antirretrovirales de lopinavir y ritonavir, que hasta el día de hoy se sigue usando uno que es Kaletra, lo otro se ha retirado por sus efectos cardiovasculares bastante nocivos”.
“No obstante esto, –recalcó- nosotros hacíamos una selección de pacientes bien definida, para saber cuáles eran los que se iban a beneficiar, y en aquellos que tenían factores de riesgo no se usaba la hidroxicloroquina, y se hacía un seguimiento muy específico por un cardiólogo que todavía hoy está en nuestra área de cuidados de la pastilla 6”.
Sánchez insistió en que “realmente es medicina de primer nivel la que se ha volcado en la pastilla 6”, ya que “la medicación y todo el tratamiento ha sido muy seguro”. Aunque mencionó que “a pesar de eso, lógicamente, algunos pacientes han tenido mala evolución por la gravedad de su propia enfermedad y los factores de riesgo que tienen”.
El especialista aseguró que la utilización de dióxido de cloro no cuenta con estudios que demuestren su eficacia y no posee autorización.
No seguir recomendaciones sin sustento científico
Debido a la circulación de información en redes sociales y medios digitales relacionados a la utilización de dióxido de cloro para el tratamiento de la COVID-19 u otras enfermedades, el Ministerio de Salud de la Nación a través de un comunicado oficial recordó que el producto mencionado no cuenta con estudios que demuestren su eficacia y no posee autorización alguna para su comercialización y uso. A propósito de esto, Sánchez resaltó que “ante el surgimiento de otras opciones que no están validadas por la ANMAT ni por sociedades científicas, no es aconsejable aplicarlas para nada”.